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El COVID-19 cambia los patrones de migración regional en América Latina

El número de casos registrados de COVID-19 ha ido aumentando gradualmente en América del Sur y Central, y en febrero de 2021 representaban el 16% de todos los casos del mundo.

A pesar de ser una de las regiones más afectadas en términos de nuevos casos por millón de habitantes durante mediados de 2020, América del Sur y Central no experimentaron el mismo pico de nuevos casos que se registraron en Europa o América del Norte durante los últimos meses del año.

Pese a ello, las características específicas de algunas partes de la región han incrementado los impactos del COVID-19, entre ellas: sistemas de salud sobrecargados, inseguridad alimentaria aguda, altas tasas de urbanización (que llevan a situaciones de hacinamiento en la vida y el trabajo) y una alta dependencia de sectores muy afectados por la crisis como el turismo.

Esta situación ha aumentado la vulnerabilidad de las personas en movimiento en un sistema migratorio regional definido en los últimos años por el desplazamiento de más de 5,4 millones de venezolanos desde 2015.

El informe indica que las restricciones de viaje relacionadas con la pandemia y las dificultades económicas han cambiado en cierta medida los patrones de migración regional.

Por ejemplo, las autoridades colombianas estiman que, a pesar de la actual pugna por el poder político y la crisis económica en Venezuela, así como de los cierres fronterizos vigentes, 122.000 venezolanos habían abandonado Colombia y regresado a su país a finales de noviembre de 2020.

La pandemia afecta desmesuradamente a los trabajadores domésticos

Los migrantes de la región, al igual que muchos turistas durante la primera fase de la pandemia, también quedaron varados: este grupo incluye a un gran número de venezolanos que, en ocasiones durante varios meses, no pudieron regresar a sus hogares desde países como Argentina y Chile, con muchos de ellos enfrentándose a situaciones cada vez más precarias.

También formaron parte del grupo de personas varadas trabajadores migrantes bolivianos y peruanos que a principios de 2020 quedaron atrapados en la frontera chilena, algunos de los cuales durmieron frente a sus consulados o encontraron refugio temporal en escuelas en desuso.

En general, la situación de los trabajadores migrantes en la región ha empeorado. Este grupo incluye a los trabajadores domésticos que se vieron expuestos a un alto riesgo de pérdida de ingresos y, en algunos casos, se les despidió sin cobrar sus remuneraciones.

Una situación que empeoró aún más con la suspensión durante la pandemia de la aplicación de las reformas laborales destinadas a proteger mejor los derechos de los trabajadores migrantes, incluidas las vinculadas a la Declaración de Quito y al Convenio de la Organización Internacional del Trabajo sobre los trabajadores domésticos.